Al maestro de las tablas...

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Antonin Artaud

miércoles, 10 de febrero de 2010

Carta 2

Martes 13 de febrero de un año

Sra. Ana María

Su Despacho.-

Mi estimada señora, disculpe mi demora en responderle, no sé si es el destino que afronto pero me ha sido complejo responder a sus peticiones; aunque sus peticiones son de una frecuencia regular, la cual no puedo cumplir por esa cosas de la vida; hablando de vida: estoy cansado de vivir, esa espera de poderle escribir y plasmar la realidad que me toma de sorpresa: eso me cansa de estar parado esperando que llegara el momento de tener que sentarme eso me cansa y la vida que debo de llevar y presentarme ante el cumplimiento de responsabilidad eso también me cansa.

Desde la última letra que puse en la misiva enviada, a fin de satisfacer la mera necesidad que le a pre muraba; han recorrido muchos días, mi ausencia se explica al enfrentarme al viaje; renombrado en la misiva precitada; viaje que todavía no ha concluido, empro solo he hecho un paréntesis para poderme sentarme; llevo tres días; si tres días enfrentando la realidad el cual debo contársela, empero estoy cansado y el sueño me acoge por periodos muy cortos y largos en el despertar; esperando no sea tarde cuando mis letras llegue a su destino.

Le informo que el día de San Valentín, fui picado por un alacrán y faltando pocos minutos para lograr el efecto del veneno, se apareció de la nada un niño, el cual desconozco, metió el animal en una cajita, en ese momento no se el porqué, pero sentía mi pie hirviendo y pesado; además el niño con su triciclo me llevaba arrastrándome por el suelo empedrado de la vaquera; ante todo no soltaba la cajita, parecía que llevara un gran tesoro y en medio del camino una señora regaña al niño en momento de perder el contacto con la vida exterior.

Al tiempo no sabía dónde estaba, solo escuchaba un cuento o no sé si era cuento, pero si escuchaba: Señor ya va a salir de esto no se desespere es normal duérmase, a la misma vez, sentía entre mi mano izquierda una mano de textura gruesa que me daba ese calor, y en ese instante con la garganta seca quería no se darle las gracias y preguntarle qué pasaba, y la vos me decía no me apreté mucho señor.

Después de largo días el cual desconozco cuantos son vi por fin un viejo todo greñudo vestido de bata blanca sangrienta por los costados me decía: bueno ya es hora que vuelva a su realidad la enfermera le traerá un espejo y usted decidirá que va hacer si baña, y se pone sus ropas para que deje su estancia en este lugar ya que hay otras personas que están esperando la cama que usted ocupa; a la vez, solo me preguntaba qué pasa con mi vida, que han hecho de mi.

Cuando logre incorporarme con la ayuda de la enfermera; fui a verme al espejo, el rostro solo era un descuido lleno de vellos que no me reconocía, parecía un pordiosero; tuve de inmediato que tomar las riendas sobre mi cuerpo, por lo menos la ropa estaba limpia y de un planchado así machucado; de pronto entra un niño con un bastón diciendo: señor que hace, como esta, que es eso de bastón, lo que le traigo es un garabato; le seguí la corriente y tú qué haces aquí no dejan entrar niños como dice el letrero; si como dice el letrero; señor! Dice la enfermera, el se deja entrar es la única persona que lo trajo después que lo picara el insecto y de le gracias que trajo el insecto, con eso se hizo el suero para su curación, lo ha cuidado además de las personas que están es este dispensario; aunque el niño se ha quedado solo, ya perdió su familia mientras estaba con usted, su única abuela a muerto. Si!, es conmovedor, si conmovedor.

Ya estaba listo, con un papel que me desalojaba de ese lugar, de pronto de tanto buscar en mi ropa estaba el papel, que usted señora me entrego para cumplir sus deseos, el cual no me acordaba el porqué estaba en ese sitio, si que bien y el niño a mi lado solo me veía, cada vez que apoyaba del garabato, como él lo llamaba, de pronto rompió el silencio el niño diciendo: señor porque se apoya del garabato si usted sabe caminar y no necesita del garabato; terminando el niño con esta pregunta me encuentro frente al mar lleno de sudor y un poco cansado; sentándome sobre un tronco corroído por el salitre, me dirijo al niño que se veía fresco, le pregunte porque él le llamaba garabato; señor el garabato se utiliza así al revés como usted lo utiliza, es par que usted camine por el monte tenga cuidado con los animales que lo puedan picar; aja buena explicación mijo.

Pasando un buen rato junto a mí el niño en mis manos el garabato y el papel de su encomienda, organizaba mis pensamientos, que era mi vida que me cansaba y que iba hacer con el niño, sería cosa del destino, ay dios!, jamás tuve acompañado y menos tener el deseo de embarazar a una mujer para tener un niño; detesto los compromisos, primera vez que lo pienso, ya la marea sube rápido y me tengo que incorporar para llegar a mi pieza donde seguiré poniendo mis pensamientos en orden, si! en orden, como si fuese una receta para cocinar. Llegando a mi pieza de la casa de vecindad, abriendo la puerta pensé que todo estaría sucio y el polvo habría tomado cuerpo; estaba la habitación muy limpia y con doble cama que fue mi admiración, el niño vuelve a romper el silencio: señor le gusta como acomode su cuarto, yo pedí la otra cama ya que no tengo señor ni tengo mis padres y mi abuela solo tengo a usted; si! Así parece viéndole su cara mojada por sus lagrimas le pase mi mano por su cabeza y le dije vamos que hacemos ya yo estoy cansado de mi vida y mas para hacerme cargo de ti; bueno mañana será otro día, si!, vamos a descansar es tarde.

Al despertar, me senté sobre mi cama, vi alrededor el niño no estaba ni la nota de la encomienda tampoco, solo una mesita con el desayuno y un taza de café un poco tibia; solo decidí tomar el desayuno y luego pensar y buscar la encomienda; abriéndose la puerta aborda el niño con un maletín todo rasgado y una jaula que contenía la encomienda para usted señora; le dije al niño que había hecho; señor este maletín es mi ropa y esto es la nota que le quite de la mano, pero le gusta su animalito es el mejor que encontré; aja, me parece muy bonito lo escogiste mejor que yo, bueno mijo tenemos que hablar que vamos hacer ya que me trajiste lo que tenía que hacer voy hacer la misiva y preparar el viaje y desde luego ir a la tienda para comprarte un maletín; señor para donde iríamos porque mis papeles están listo solo lo tiene que usted firmar, ya que seré su acompañante si usted lo desea, tendré un papa que jamás he conocido, reventando el llanto de alegría, como si fuese el primer día de vida.

Señora, disculpe usted, ya le tengo lo pautado, gracias al niño que hizo la diligencia por mí, solo le pido, y me disculpa por el abuso; si usted está en condiciones de recibirme con la gracia de dios, y desde luego iré con algo que no contaba; el niño además de huérfano creo que me hará buena compañía, saldré creo en pocos días, ya tendrá en sus manos la precitada carta. Señora discúlpeme no haber sido breve, no pensaba que el viaje era tan largo y menos confrontar el obstáculo de una mera picada que me costaría por segundo mi vida, si!, vida de la cual estoy cansado, la dejo y un pronto recuentro.

La vida ya no me deja de otra, que vivirla con el cansancio, estar sentado o parado me agobia, me destruye de no tener ese camino el cual he de cambiar, el no esperar la visita y menos visitar las personas que deseo en mi regocijo; sabe señora, que es la persona que le he hablado de mi intimidad y por el compromiso que tengo de entregarle su requerimiento, mas por el niño que el destino a puesto en mi camino, me sentaría en la arena y esperaba que la marea subiera y el mar se encargara de mi vida la cual estoy cansado; si! Cansado!;señora espéreme donde quedamos…

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