Al maestro de las tablas...

Al maestro de las tablas...
Antonin Artaud

martes, 9 de febrero de 2010

Carta

El Mundo 00 Febrero 0000


Estimado amigo


Presente.-

Hoy me han hecho pruebas no sé porque, pero antes mil y un disculpa por el retraso de muchos meses; pero te explicare, pero estoy muy bien, donde el primer mes de la última carta ; como diría un poco de odio de no tener una llamada por su parte pase el desgarramiento o dislocación de las cuerdas vocales, por ese sangra miento el cual no se su motivo aparente creo que fue por tomar una pastilla para el dolor de cabeza y la eminencia medica no se explica el deslumbramiento de las cuerdas vocales que han desaparecido de este cuerpo que tanto alabaste , en esos treinta días quería que estuvieses conmigo, no fue así, surgió el odio de no tenerte.

El segundo mes que para mí fue intermitente, me desvanecía y al tratar de levantarme se caía el cabello de tal hermosura, que siempre explicaste como el estilista se daría el banquete al tener la primicia del nuevo estilo; pretendieron el grupo familiar coleccionarlo para montar una peluca y el sudor que jamás había surgido, eso me repugnaba cada instante y eso que tengo un cuarto con aire artificial. Sentía el roce de las manos de mi madre , al mismo tiempo mis ojos solo lloraban, es mi forma de hablar, hasta ahora solo veía un programa de televisión donde países europeos morían decenas de seres humanos y no poder preguntar qué estaba pasando, surgió el odio de no tenerte a mi lado tratando balbucear la mera excusa de acontecía.

El tercer mes antes que mis músculos se pusieran rígidos los cuales te excitaba y te sintieras orgulloso de ambular junto a él, pude escribir mi herencia, la cual dejo a ti, sé que no las vas a querer porque te agobia tener que leerla, mi biblioteca intima: mientras la rigidez que cada día me embarga me sentía violado cada vez mi familia hiperactivo de la limpieza, se desmoronan cada vez que violan mi intimidad quería que estuvieses conmigo, no fue así, surgió el odio de no tenerte.

El cuarto mes ya no eran mis músculos mi preocupación, era ya mi piel, la cual siempre dijiste y ambicionabas tenerla, por su textura y flácida que tu no la tienes, se tornaba escamosa y en los últimos días del mes, solo el roce del algodón me desgarra dejándome el hueso recubierto de un musculo protegido por esa gelatina grasosa, que el médico solo gira su cabeza pronunciando no entiendo que pasa: este primer caso me lleva al calvario, perderé mi beca y el menso no pensaba el dolor por el cual paso quería que estuvieses conmigo, no fue así, surgió el odio de no tenerte para que te burlaras de mi estado

El quinto mes solo contaba las mangueras que salían de mi cuerpo y entraban en muchas maquinas, al mismo tiempo solo le pedía a Dios que se fuese la luz para descansar o dormir en mi eternidad, surgió las ganas que no estuvieses conmigo, no fue así, surgió el perdón de tenerte y que lamentaras el estar ahí.

El sexto mes solo tienes que ir a mi casa a buscar tu herencia. Pronto nos volveremos haber, solo cuidate. Gracias.,

Cuando quieras estar conmigo, habla con el medico………………………………Adios.

1 comentario:

  1. barbaro tremendo profundo seco y al punto fue sin duda unas palabras muy conmovedoreas en verdad q bien lo hace!

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Creí dar un comentario pero lo que lees es mi mundo y te hago participe: